miércoles, 15 de agosto de 2012

Donaciones


Estaban varios viejetes en una celebración, cuando uno de ellos, se levanta y anuncia:

- Cuando me muera quiero donar mis ojos.

Tras un primer momento de inicial sorpresa, otro reacciona y orgullosamente dice:

- Cuando me muera quiero donar mis riñones.

Animados por tanta esplendidez, todo el mundo empieza a decir lo que va a donar cuando se muera, y finalmente ya sólo queda por hablar un octogenario: don Jaime. Éste, acosado por las miradas de todos los demás, asume su turno y muy serio, tras respirar profundamente, por fin declara:

- Cuando yo me muera voy a donar mi pene.

Admirados todos los presentes exclaman:

- ¡Qué gran generosidad, qué maravilla!, ¡Nunca nadie se había ofrecido para donar tan estimado miembro!

Lo que provocó que todos gritaran:

- ¡Viva don Jaime que va a donar su pene!

Con el fin de felicitarlo, todos empiezan a gritar:

- ¡Qué se levante!... ¡Qué se levante!... ¡Que se levante!

Y don Jaime con una sonrisa dice:

- Un momento. ¡Si se levanta, no lo dono!

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