Una enanita se presenta a una consulta ginecológica...
El doctor, ante su presencia, le dice:
- Sí señora, ¿En qué podría ayudarla?
- Bueno, doctor... en verdad... no sé cómo decírselo... pero cada vez que llueve me duele allá abajo... en la pochola...
- Usted se refier, quizá a la vagina...?
- Sí doctor, la pochola...
- Bueno, veamos... súbase a la camilla y la revisaré.
El doctor la observa atentamente y le dice:
- La verdad... no le encuentro nada... pero ¿cómo es el dolor?
- Es una dolor muy intenso, lo raro es que los siento cada vez que llueve...
- Vale, yo le recomendaría que viniera un día de lluvia, por si puedo hacer un diagnóstico más ajustado...
Pasan quince días y una tarde lluviosa la enanita vuelve al consultorio.
- ¡Ay, doctor...! ¡No puedo más con este dolor! Hoy que llueve me vuelve a doler.
El doctor la mira, la invita a ponerse en la camilla en posición ginecológica, coloca una sábana entre las piernas, agarra una tijera y comienza a trabajar...
A los cinco minutos le pide que se incorpore y se baje.
- Y cómo se siente ahora?
La enana camina un poco y exclama:
-¡¡¡ES INCREÍBLE!!! ¡¡¡ESTOY BÁRBARA!!! DOCTOR, NO SIENTO NADA ¿QUÉ
ME HIZO?
-Nada, le recorté un poco las botas de agua...
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